La calle estaba desierta, la noche comenzaba a saludarme con calma, soplaba ese viento cálido anunciando tormenta.
El sonar de mis pasos me abrazaba.
¿ Hacia dónde voy ?
En realidad lo sé, hoy sólo deseo desaparecer de los ruídos externos, de sus voces que atormentan como un eco y resuenan una y otra vez dejandome ciega de vida.
Tan sólo deseo vagar conmigo, un regalo que me hago de vez en cuando para no saberme muerta.
Dejo entonces fluir mi mente como nubes que pasan, sólo eso....
Camino lento, obsevo las hojas moverse verdes y con vida en sus casas.
Comienza a llover, la tormenta me alcanza, no me asusto ni acelero el paso, pasear y pensar bajo la lluvia me es agradable, siento el agua acariciar mi cara, es limpieza del alma.
Mi caminar me aleja de lo mundano, ya puedo respirar, pienso, ya no me asfixio, vuelvo a ser yo.
Siempre yo cuando no estoy allí......
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